Como ya os hemos contado en una entrada anterior, llenamos los bancales de tierra que cogimos en un prado en el que hace muchos años los alumnos hacían prácticas de estudios agrícolas. A pesar de que ya tenían estiércol de oveja, pues es una zona de paso de estos animales, nos aconsejaron echar compost. A pesar de tener una compostera del curso anterior, el compost no estaba listo, por lo que compramos unas cuantas bolsas y compramos también, una serie de herramientas pequeñas para poder trabajar con grupos grandes de alumnos.
Los alumnos se pusieron manos a la obra para mezclar la tierra con el compost.