El hecho de haber cubierto uno de los bancales con plástico, a modo de invernadero, ha permitido que ya podamos ir recogiendo estas hermosas lechugas, que tienen una pinta estupenda. En cuanto a los rabanitos, la nevada Filomena echó por tierra la siembra que hicimos de este producto en noviembre y tuvimos que resembrar. Llevamos ya varios días recogiéndolos. Es un producto no muy conocido, pero cortado en láminas le da un sabor muy rico. Os animamos a que los probéis.
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